Ayer participé en la mesa de expertos y expertas del programa El dia À Punt, en el que colaboro con la columna radiofónica de los miércoles, para debatir sobre la evaluación de las políticas de la COVID. O su ausencia.
Read moreAyer participé en la mesa de expertos y expertas del programa El dia À Punt, en el que colaboro con la columna radiofónica de los miércoles, para debatir sobre la evaluación de las políticas de la COVID. O su ausencia.
Read moreEl 30 de septiembre de 2020 dedicaba la columna a pensar en voz alta sobre la evaluación de la gestión de la COVID. 4 meses después no tengo muy claro que haya mejorado la situación...
Read moreDesde hace unas semanas formo parte de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Evaluación. Si quieres saber la (intra)historia, sigue leyendo...
Read moreNueva semana, nueva columna de opinión en el programa de radio de la televisión pública valenciana El dia À Punt. Esta vez la necesidad de evaluación de la política (y de las políticas públicas) fue el tema elegido.
Read moreAyer participé en la mesa virtual "Evaluación de políticas públicas en materia de transparencia" organizada por la Diputació de Castelló y la Conselleria de Participació, Transparència, Cooperació i Qualitat Democràtica para exponer algunas reflexiones sobre la evaluación y la transparencia desde la práctica, es decir, qué hemos conseguido consolidar y qué debilidades -retos, dicen los políticos-, todavía nos encontramos en la realidad de las corporaciones locales.
Read morePara la asignatura “Técnicas de Gestión Públicas” tenemos que hacer una reflexión sobre el modelo EVAM, es decir, modelo de Evaluación, Aprendizaje y Mejora de la Agencia Estatal de Evaluación de las Políticas Públicas y la Calidad de los Servicios. Pero permitidme ser crítica. Es más, voy a ser crítica y descreída.
Crítica porque, aún pareciendo elitista –yo diría exigente, pero no voy a discutir esto– ¿en qué lugar nos deja a los expertos el hecho de que el Ministerio facilite una Guía de autoevaluación y calidad? Desde mi punto de vista, si estamos comprometidos con la calidad y la evaluación ¿cómo podemos dejar al libre albedrío del público general, en este caso, funcionariado general –sin menosprecio ninguno– la evaluación del servicio o política pública? En multitud de espacios puedo encontrar cómo hacer un buen plan financiero y no por ello, siendo socióloga y politóloga, se me ocurriría llevarlo a cabo, entonces, ¿por qué “cualquier” profesional no experto puede, es más, la Agencia de Calidad y Evaluación le permite realizarlo? Si queremos administraciones, servicios y políticas públicas de calidad tenemos que tener profesionales y expertos en la materia, formados para tal y con ello no hablo de sociólogos en general (ejemplifico con mi gremio) hablo de sociólogos especializados en políticas públicas, evaluación, diagnósticos, etc.
Y descreída porque dudo que con una guía y documentos anexos –mamotretos todos ellos- un técnico pueda llevar a cabo una acción tan compleja como es la evaluación ¿acaso no estamos hablando de calidad? ¿O sólo de calidad como término, no como concepto? Soy descreída porque, generalmente, en este tipo de agencias no siempre hay profesionales cualificados o al menos niveles de exigencia, pues en muchas ocasiones vemos como se aprueban planes sin unos mínimos reales de calidad y acción transformadora. Tal vez el problema sea en que parto de unos estándares diferentes… es posible, mea culpa.
Me parece que, al igual que ocurre con los Planes de Igualdad, de Participación ciudadana y similares, nos encontramos ante una falta real de rigurosidad y exigencia que, por desgracia, emana de la propia administración. Entiendo que es un paso para su divulgación y que poco a poco se va diseminando en la sociedad pero dudo y mucho que realmente queramos y necesitemos esto. No querría que pareciera este comentario un arrebato de corporativismo –que también podría ser– sino una reflexión en voz alta del papel que la administración juega o desjuega en todo lo que tiene que ver con la intangibilidad, es decir, en la madurez pública.
En un artículo de El País (8/5/2013) -propuesto por Marta Méndez- sobre el Informe sobre la Reforma de la Administración Pública y su Sector, encomendado por el Gobierno de Cataluña, encontrábamos la correlación entre “una Administración más ‘eficaz, eficiente, transparente y que rinda más cuentas’” y la reducción de funcionarios pero ¿acaso no es posible que nuestra administración sea eficaz, eficiente, trasparente y que rinda cuentas sin desmantelar el entramado público? Me parece que estamos de acuerdo en que sí se puede –eslogan manifestero- y es a lo que debemos aspirar. Obviamente hay límites que desde y en lo público no se deben traspasar, pero hasta esas fronteras en España todavía nos queda mucho trecho que cubrir, entonces ¿por qué desmontar el aparato si no hemos llegado a los límites? Es decir, ¿cómo sabemos hasta donde podemos llegar si no nos permitimos intentar llegar?
Pues en esta idea de conocer nuestros límites, mi sugerencia para dar el salto cualitativo hacia una administración eficiente, destaco tres transformaciones: la flexibilidad, buenos mecanismos de seguimiento, control y evaluación y buenos estrategas públicos. La flexibilidad y eficacia que abanderan al sector privado: porque podemos adaptar esos modelos y procedimientos que sabemos funcionan en el mercado. Quiero recalcar que debemos adaptar y no importar, porque adaptar implica ajustarlos a los límites que marca la propia naturaleza de lo público. No todo vale en lo de todos pero eso no quita para que no podamos fijarnos en lo que funciona bien. Buenos mecanismos de seguimiento, control y evaluación: me parece que hemos debatido suficientemente a lo largo de este máster sobre la necesidad imperiosa de implementar la fase de seguimiento, control y evaluación de cualquier aspecto público. Y finalmente necesitamos estrategas de lo público: funcionariado de alta cualificación, capaces de dejar su convicción política en casa, con una visión largoplacista, con un elevado concepto de lo público y con la responsabilidad de proteger y potenciar la administración pública frente al interés partidista electoral.
Aida
@Aidaviz
En esta nueva actividad del Máster vamos a presentar algunos indicadores para el Buen Gobierno de la administración. La tarea es ingente pues poco hay hecho y mucho queda por hacer, no obstante, considero que en estos primeros pasos, habría que centrar la acción en:
Así pues, unos posibles indicadores para cada uno de los ejes, serían:
Eje | Índice | Indicador |
Trasparencia | Información clara y completa | El número de solicitudes recibidas y atendidas |
Información clara y completa soporte electrónico | El número de solicitudes recibidas y atendidas soporte electrónico | |
Publicación de los resultados de la auditoría interna y externa | Número de ejercicios de rendición de cuentas | |
Participación | Consulta ciudadana | Número de participantes en las consultas públicas en el último año |
¿A cuantas reuniones impulsadas por su ayuntamiento ha asistido en el último año? | ||
¿Cuántas veces ha formado parte de un grupo de trabajo municipal? | ||
Evaluación | Seguimiento y evaluación de las líneas estratégicas de las políticas públicas llevadas a cabo durante el ejercicio | ¿Se han alcanzado los objetivos fijados?¿Cuántos?
¿Por qué no? |
Desde mi punto de vista queda tanto por hacer, que por poco que hagamos, mucho habremos hecho... estos son unos pequeños ejemplos que se podrían aplicar de entre muchos otros. Pero lo importante es que nos pongamos a trabajar para conseguir alcanzarlos.