La pasada semana participé en la mesa "¿Senderos de gloria? Tras las elecciones del 10N" organizada por Levante EMV y La Nau de la Universitat de València en el programa "Claustre Obert". Se agradecen debates sosegados, con tiempo para el análisis y con ganas para el disentimiento educado.

Con esta frase de ecos kubrickianos, daba comienzo la mesa redonda para el análisis de los resultados de las elecciones generales del 10N el pasado 18 de noviembre. Rafa Castelló, sociólogo y mi profesor de estructura social del Pais Valencià, fue el moderador de un debate en el que Álex Comes, politólogo, fue el encargado de analizar la campaña electoral, el profesor José Manuel Pavia, uno de los estadísticos de referencia por estas tierras, analizó las encuestas previas, tanto de medios como del CIS, y yo que me encargué del análisis de los resultados y los escenarios de futuro. Si tenéis interés en ver qué ocurrió, clic en este link.

Por mi parte, al disponer tan sólo de 20 minutos -es muy poco tiempo para tamaña empresa- contextualicé los resultados en los últimos 11 años, es decir, desde las elecciones de 2008 (segunda de Zapatero) que todavía mostraba comportamiento del tradicional "bipartidismo" español hasta hoy, con la disrupción de 2015 que lo cambió todo -por ahora-.

Clic aquí si quieres descargar la presentación.

A modo de síntesis, observamos que los resultados en España nos muestran, para los partidos PAEs (partidos de ámbito estatal) un equilibrio entre los dos bloques de izquierda y derecha con el realineamiento interno (intrabloques) en cada uno de ellos. En la izquierda cierta estabilidad entre las fuerzas políticas. En la derecha, trasvase de Cs hacia el PP y la ultradercha. El panorama general nos muestra un vaciamiento del centro y mayor polarización en el espectro político.

Respecto a los partidos PANEs (partidos de ámbito no estatal) vemos una consolidación de los partidos tradicionales (ERC, JxC, PNV, CC, Bildu) y aparición de nuevos de partidos. Por tanto, la presencia de "identidades periféricas" nos lleva a un escenario estatal-autonómico más complejo donde las relaciones multinivel y los efectos en las diferentes arenas pueda tener más importancia que nunca.

Y en la arena valenciana, ¿qué ha ocurrido?

Como vemos, en los últimos años se consolida el multipartidismo (recordemos que el gobierno valenciano es tricolor) a costa del derrumbe de los partidos tradicionales, especialmente el PP (pierde más de la mitad de sus votos). El partido valencianista que se existe y se mantiene es Compromís, en el eje de la izquierda sin que haya un partido similar en la derecha. Irrupción de la ultraderecha similar a España.

Qué ocurrirá en los próximos meses no lo sabemos, parece más o menos que esta vez sí se conformará gobierno pero no será nada fácil.