La pelota está en mi campo ¡Vuelve la YIMBY!

 

En la dialéctica digitalorelajada de este mes voy a comentar “La hora de la Ciencia Política” de Argimiro Rojo Salgado que me propuso Eli Gallardo el día 24 de agosto. Sin comentarios sobre el desfase temporal. Mi querido contrincante, entiendo, quería que reflexionara sobre nuestro oficio, nuestra profesión y nuestro gremio. Probablemente este es un buen momento como cualquier otro para repensar nuestra disciplina, pues hemos pasado de un referente público -porque teóricos hay muchos- como es Fernando Vallespín a tener un clan de politólogos zarandeando el sistema de partidos e incluso, la sociedad. Pero hay más politólogos que ellos, muchos más y cada vez más visibles, cosa que es bien.

 

Pero antes de entrar en materia, me dejo un par de temas de Rojo en la nevera para otra ocasión: politización de la sociedad, recuperación del ágora, la repolitización de los ciudadanos y la idea de éxito colectivo.

 

“No debiera parecer exagerado proclamar la hora de la disciplina politológica, así como su indiscutible relevancia y utilidad social.”

Yo también lo creo. Y lo creo porque, por un lado, cada vez somos más politólogos en todas partes –trascender las canteras de Madrid y Barcelona es un paso-, con un perfil relativamente joven, con una formación diferente y una forma distinta de entender la profesión. Y por otro lado, lo creo por el devenir sociopolítico y económico que estamos viviendo. La sociedad española, en general, necesita profesionalizarse en todos los sentidos y quien crea que ya lo está, o no sabe mirar o no quiere mirar. Es una cuestión generacional, lo sabemos. Sobre todo en el campo de la política y de la administración pública. Salvando las distancias y que no se me enfade nadie, es necesaria la formación específica en “sociedad y en política” para trabajar en estos campos. No vale sólo con saberse las reglas de juego, hay que saber interpretarlas, saber identificar las relaciones de poder, saber comprender a la ciudadanía, saber dar solución a las demandas sociales… y ese es nuestro campo.

 

Pero todo ello pasa, a mi modo de ver, por la obligatoriedad de empoderarnos como politólogos y politólogas. Sobre esto mismo reflexionaba hace unos días en Ssociólogos –vale, me refería al oficio del sociólogo pero para el caso es lo mismo, ambas disciplinas adolecen de orgullo y creimiento corporativo-. Es necesario que nos creamos nuestras capacidades, nuestros valores diferenciales y que ocupemos el espacio que por definición, es nuestro. Y en parte esto tiene relación con la idea que encontramos casi al final del texto de Rojo “Uno se pregunta también por qué no somos capaces de consolidar un grupo intelectual de referencia”. Sin un sentimiento gremial, sin orgullo de pertenencia no podremos erigirnos como grupo intelectual de referencia. Bueno, y también porque es una cuestión de espacios de poder de los que, hasta ahora, estábamos prácticamente excluídos. Pero parece que cambian las tornas.

 

“Una CP crítica y atrevida, propositiva e innovadora”

Esto sí que es más complejo. ¿Por qué? Porque esto requiere de actitud crítica, que por desgracia no se puede comprar en Mercadona; amplitud de miras y capacidad de análisis. Y no todos tenemos estas actitudes, especialmente entre algunos de los que se mueven en arenas de la consultoría política... porque en la academia se presupone ¿no? Pero soy optimista. Y lo soy porque la sociedad demanda esa actitud crítica y esa proactividad propositiva, vivimos tiempos de cambio y hay que adaptarse a él. Y pienso que ese debe ser el camino de la Ciencia Política y de la Administración. El camino de la acción comprometida.

 

En fin, hechas las relajadas reflexiones sobre nuestro oficio, no me queda más que insistir en la necesidad de creerse la profesión y estar orgullosos de ella porque si no nos lo creemos nosotros ¿quién lo hará?

 

Ah, y nos hemos propuesto una entrega de YIMBY mensual, cada vez en un campo. La próxima, en eligallardo.com. El texto:

"Pequeño mosaico imperfecto de series políticas" de Jorge Galindo en Jotdown

 

Sugerencias

“Politólogos de guardia” por Fernando Vallespín
¿El oficio del politólogo? por A. Abarzua Cutroni
Definiciones de Politología en MásPolitología