La pasada semana estuve en el Congreso de la AECPA (la Asociación Española de Ciencia Política y de la Administración) presentando una comunicación sobre la percepción de la (des)igualdad entre hombres y mujeres a través de las encuestas de la GVA. También hubo espacio para cócteles, hornazos y demás chascarrillos politológicos.

Entre el miércoles y el viernes celebramos, los politólogos y politólogas, nuestro congreso bianual, esta vez, en Salamanca. Con el paraguas general de "la Nueva Política", acudimos al lejano oeste de la península a debatir, compartir y comentar la actividad académica propia y ajena.

Mi comunicación sobre las encuestas y la percepción de las desigualdades se enmarca dentro del grupo 7.4. "Las políticas de conciliación y corresponsabilidad: avances y retrocesos" del área de "Género y política", coordinado por María Bustelo Ruesta.

¿Por qué he estudiado las (des)igualdades a través de las encuestas? Porque es interesante abordar desde todos los puntos de vista posibles la cuestión de las desigualdades entre hombres y mujeres para, así, tener mayor información, primero, y mejorar las políticas públicas, segundo.

En el estudio lo que hago es analizar, por un lado, los resultados de los cuestionarios de Presidència GVA -desde 1983 hasta 2019-, para saber cómo vamos, valencianos y valencianas, en el tema de la percepción de la desigualdad. Y por otro lado, y ahí entraríamos en materia acerca de cómo proponer mejoras a los gestores públicos, analizo cómo se construye la cuestión de las mujeres a través de las preguntas, es decir, pongo el foco de atención en el contenido y en los silencios, que ya sabéis que a veces son casi más importantes que lo explícito.

Las conclusiones que se derivan, analizando la cuestión de la conciliación y la corresponsabilidad entre hombres y mujeres es que, existen pocos cuestionarios que la aborden, y sobre todo, son preguntas de carácter político, como por ejemplo, valorar la política de "promoción de la mujer" (sea lo que sea que eso signifique) o si se conoce la bonificación por hijo/a a mujeres con trabajo remunerado. Además, y principalmente, se sigue poniendo el foco sobre las mujeres y no sobre el sistema o el papel de los hombres. Por ejemplo, las preguntas sobre la relación entre maternidad/paternidad y carrera profesional se centran únicamente en la maternidad y no sobre la paternidad; o lo mismo ocurre cuando se preguntan cuándo es el momento en el que una mujer debe tener un contrato a tiempo completo o, incluso, dejar de trabajar según sea madre o no pero no se hace esto mismo con los hombres y su paternidad.

En definitiva, las encuestas nos hablan también de cómo, desde la administración y la política, se entiende a las mujeres y a los hombres, sus funciones en el sistema y las dificultades -o no- que tienen en el plano de la conciliación y corresponsabilidad. Al final, los cuestionarios públicos deben ser responsables con sus preguntas porque de ellas se deriva una idea u otra de sus ciudadanos y ciudadanas.

Si os interesa el artículo, os dejo aquí el enlace.

Una curiosidad. Hace 12 años, la primera promoción de la Universitat de València participamos en el VIII Congreso como voluntarios. Hoy, algunas de nosotras hemos vuelto como comunicadoras.