En marzo de 2015 comencé a colaborar en La Vanguardia Comunitat Valenciana con una columna digital que se llamaba Filtro Valencia. Fue una experiencia intensa porque era la primera gran responsabilidad en los medios de comunicación, la rutina de la escritura semanal y el sometimiento a la crítica (trolls included).
¿Y por qué Filtro Valencia? Pues porque no hay nada como un recurso mainstream para acercarnos a la realidad sociopolítica valenciana. Ahora, que con los filtros nos pueden pasar dos cosas. Una, que nos quedemos maravillados con los contrastes y el viñeteado y no nos fijemos en lo que hay detrás. O dos, que vayamos un poquito más allá y rasquemos para encontrarnos con una magnífica fotografía. Mi intención en este blog es que consigamos hacer esto último.
Así comencé mi andadura en la opinión pública.
¿La calma que precede a la tempestad… o viceversa?
El retorno del Parlamento
La política a subasta
La política en prime time
Guía de campaña
La gran zanja
El dolor del siglo XXI
El poder económico cambia de bancada
Abuelita, abuelita, qué bolsillos tan grandes tienes…
Meritocracia y otros cuentos chinos
El 9 d’Octubre del cambio
2040
Cóctel identitario
Vida antes de la política
Fiestas políticamente correctas
Ni una menos
Tiempos de hilo grueso
La comensalidad y el cine de verano
La política es como un río
La pantalla indiscreta
La Valencia vibrátil
Una plaza, dos plazas, tres plazas
En busca del pacto encantado IX
Ese alcalde que tú ves ahí…
Las fiestas de la democracia
Lo que pasa en el mitin, se queda en el mitin
Políticos ¿en directo o en diferido?
De cuota en cuota y tiro porque me toca
Políticos que hacen la calle
Escandinavización de la política, ¿y qué?